Belvedere, la misma cancha en la que el 18 de mayo del año pasado le
tocó descender a Segunda, lo vio celebrar el sábado el título.
Salieron a la cancha con De Amores, Almeida, Bica, Gonzalez, Goyeni, Pintos, Freitas, Toma, Pezzolano, Alfaro y Candia. Un 11 titular que tranquilamente podria pelear en primera un lugar para las copas internacionales.
Fue
algo sufrido, de atrás, ante un Cerro Largo que no vino a jugar un
partido más.
Un misil de tiro libre de Paulo Pezzolano, uno de los
integrantes de la columna vertebral de este equipo todo corazón, le dio
la victoria.
El Papa, como lo conocen todos, tuvo ofertas para
irse a Colombia, China y Ecuador, pero prefirió ponerle el pecho a las
balas y quedarse en el club para devolverlo a Primera.
Es el
mismo Liverpool al que faltando pocos días para comenzar el campeonato
llegó Emiliano Alfaro proveniente de Lazio. Dejó un sueldo millonario
que le pagaba el club italiano para jugar en el club de sus amores con
un sueldo uruguayo y de Segunda división.
Alfaro dejó de lado la
parte económica por la emocional y él mismo le reconoció el sábado en
pleno túnel de Belvedere a Fútbol Charrua que no se arrepiente: “Sobre
todas las cosas, tuve un convencimiento grande a la hora de venir. Mis
compañeros me abrieron las puertas pese a que llegué sobre la hora de
inicio del torneo”.
Alfaro tiene 20 goles y es el líder de goleo de la Segunda. Un ejemplo de amor a la camiseta.
“Esto
fue coronar un poco todos los objetivos que nos habíamos fijado a
principio de año. Costó más de lo que al principio iba a costar, pero lo
conseguimos. Tengo una felicidad que no se puede explicar simplemente
hablando. Es algo interno y que me emociona mucho”, añadió el delantero.
No hay comentarios:
Publicar un comentario